Una vez que tus plantas han brotado y comienzan su desarrollo, has de alimentarlas adecuadamente para que crezcan sanas y den una buena hierba. Aparte de la luz, el agua y el dióxido de carbono CO2 presente en el aire, la marihuana consume cantidades considerables de tres macro elementos o nutrientes primarios: nitrógeno, fósforo y potasio. Necesita, además, cantidades medias de tres nutrientes secundarios: calcio, azufre y magnesio. La lista se completa con los ocho micro elementos o micro nutrientes (hierro, manganeso, zinc, boro, molibdeno, cobre, cloro y cobalto), de los que sólo necesita cantidades mínimas.
En principio, si utilizas un abono que incluya micro elementos y sigues las indicaciones de la etiqueta, tus plantas no tendrán deficiencias. Pese a todo, en algunas ocasiones pueden aparecer. Si esto sucede, abona las plantas con mayor frecuencia.
Las carencias más comunes son de nitrógeno, fósforo, potasio, magnesio o hierro. El resto de los elementos falta muy rara vez. No te vuelvas loco intentando ver si tu planta tiene deficiencia de boro, casi seguro que no es ése el problema. Muchas carencias están provocadas por un exceso de sales en la tierra o un pH demasiado alto o demasiado bajo. La gran mayoría de las deficiencias se pueden corregir lavando la tierra con varios litros de agua que vaya saliendo por los agujeros de drenaje de la maceta y, a continuación, abonando la planta con un fertilizante completo NPK con micro elementos.